No es esta una historia de ministros. Ni de manifestaciones. Ni saldrá en prensa ni será TT en twitter. Pero creo que ilustra por donde van los tiros ahora y quiénes se han dado cuenta de ello.
Me dieron una piña en la parte trasera del coche. Me acerqué al concesionario oficial (la marca no viene al caso, pues sería extensible a todas ellas). Aguardé un buen rato hasta que pudo salir un jefe de un jefe, con bata blanca de post-operatorio. El tipo, muy pulcro, husmeó el trasero de mi auto como los perros se hocican la culata entre sí. Se giró sobre sí y marchó a paso de lobo hasta un ordenador. Tripoteó unos minutos y regresó: "Te costará entre 250 y 280 euros". Por curiosidad, sólo por curiosidad, le volví a preguntar: "Y si se lo dejo, ¿cuándo estaría listo?". Como ese trámite ya no iba con él me respondió desde la nuca: "No sé, eso tendrías que llamar y que te dieran cita para la semana que viene".
Días más tarde mi hermano me puso en contacto con un tipo. "Se llama Rafa. Me dice que le eches una foto con el móvil al golpe y se la envies". Eso hice y al poco el tal Rafa me llamo. Me resultó cordial, sencillo y educado al teléfono. Me lo arreglaría por 90 euros: "Dime adónde quieres que vaya a recogértelo". Quedé con él a la mañana siguiente junto a mi trabajo. A las 9 AM. Yo llegué a las 8.45 h. y él ya estaba ahí, con chaqueta y bufanda: "¿Alejandro?", me preguntó sonriente nada más bajé del coche. Subió se lo llevó y al día siguiente me llamó. "¿Dónde te lo llevo?". Quedamos en el mismo sitio. Acudió puntual. El coche estaba impecable. Le pagué y le pregunté si quería que le acercara a algún lado. Francamente no sé cómo había acudido la víspera, antes de las 8.45 h, junto al estadio de Mestalla. "No, tranquilo, ya me voy yo como ayer. Cojo el tren", y se despidió sonriente con paso tranquilo por una bocacalle.
Rafa tiene un taller en el pueblo donde vive: Beniparell.
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